por Marcela Isaías / La Capital
Cuatro profesores del Instituto TEC de Rosario fueron despedidos de su trabajo por afiliarse al gremio y reclamar que se les regularice su situación laboral, paguen los meses de verano, vacaciones y aguinaldo. El dueño de la Fundación Educativa del Interior, propietaria del TEC, había advertido al sindicato: "A estos cabecitas negras los voy a cepillar". Es Julio De Hoop, protagonista de un escandaloso caso en 2001 por retener indebidamente la documentación de más de 4 mil estudiantes universitarios. Ahora Sadop Rosario presentó una demanda en la Justicia provincial por discriminación laboral, también irán al Inadi. Reclaman más controles del Estado sobre la gestión de la educación terciaria privada en Santa Fe.
El Instituto Particular Nº 4.077 TEC pertenece a la Fundación Educativa del Interior, con dirección en Entre Ríos 209, y según consigna en su página oficial (institutotec.com.ar) su origen se remite a 1995. Las clases se dictan en el Colegio María Auxiliadora (San Juan al 1900), que les alquila aulas del inmueble; son de carreras terciarias como recursos humanos, administración, turismo y marketing, entre otras. El TEC es privado autorizado, depende del Ministerio de Educación provincial, no recibe subsidios del Estado. Ronda los 700 alumnos que pagan cuotas que van entre los 740 y 800 pesos mensuales, además de una matrícula anual de entre 400 y 600 pesos.
Marisa Basel, José Agostini, Horacio Gamboa y Gerardo Rodríguez enseñaban hasta principio de este año en el TEC. Hasta que fueron despedidos.
Tal como repasan ante La Capital los secretarios general y gremial del Sadop Rosario, Martín Lucero y Gustavo Monduzzi, en los últimos meses de 2013 los docentes se organizaron para reclamar el pago de lo adeudado y la normalización laboral. Sin respuestas, piden asesoramiento al Sadop y deciden afiliarse (octubre 2013).
Inician una campaña para que más profesores se afilien y logran que de los 50 que integran la planta docente (ninguno estaba afiliado) 32 lo hicieran. Más tarde eligen como delegada a María Alejandra Martín, la única en condiciones de asumir el cargo ya que tenía más de un año de afiliada (lo pide el estatuto del Sadop), cosechado en otra institución.
A fin de año se realiza una reunión entre dirigentes del Sadop, la delegada y el abogado del gremio, Lucas Elías, donde le presentan una serie de reivindicaciones laborales a De Hoop, quien les responde: "A estos cabecitas negras los voy a cepillar", en referencia a los docentes que consiguieron una masiva afiliación.
Sin más respuesta que la amenaza al reclamo, el 12 de febrero pasado intiman a la Fundación Educativa del Interior, figura propietaria del TEC, a regularizar las relaciones laborales. Y el 28 de febrero De Hoop despide a Basel, Agostini, Gamboa y Rodríguez. Aquí intercede sin éxito el Ministerio de Educación provincial para que se reintegre a los despedidos.
Si bien los telegramas de despido fueron "sin causa", Lucero y Monduzzi no tienen dudas de que se trata de "causas gremiales" y por eso elevaron la queja a la Justicia provincial.
"No hay despidos sin causa, hay despidos cuyas causas no se quieren contar. No se puede despedir por ser gremialista y luego taparlo con plata", analizan Lucero y Monduzzi, y advierten que "falta control del Estado desde hace muchos años sobre el funcionamiento de la educación privada superior".
Lucero llama a mirar con atención quiénes pueden ser titulares de los establecimientos: "Si por ley se piden antecedentes económicos e idoneidad moral para ser titular de una escuela privada, ese cariz se debería respetar para cualquier cargo de gestión".
Para el dirigente, el del TEC es un caso emblemático de lo que fue la educación de los 90, montada en estructuras precarizadas y sin controles. "Aquí hay al frente una persona que está procesada y condenada por la retención indebida de documentación pública, vinculada a la promoción de alumnos", dijo en referencia a lo ocurrido con De Hoop en 2001 con la Universidad Abierta Interamericana (UAI), que lo desvinculó desde entonces.
De Hoop ahora se presenta en la institución como "director reemplazante", tal como consta en un correo que envió a los profesores comunicando que visitará en forma sorpresiva las clases para "evaluar el desempeño docente".
El director de Enseñanza Privada, Germán Falo, dijo que tras los despidos se convocó a revisar la medida, aunque no se logró un acuerdo. "Hay una ley de contrato de trabajo que está vigente y como hay un pago indemnizatorio es poco lo que podemos hacer, más que llamar a la reflexión", indicó.