Escrito por SADOP
En los próximos dias habrá reuniones de delegados zonales para informar sobre las negociaciones y debatir los temas para la agenda que viene.
A continuación brindamos la declaración del Congreso Provincial del SADOP.
Estimados compañeros:
Desde hace ya algún tiempo, cada 24 de marzo encontramos una nueva ocasión para recordar, y con el tiempo que va transcurriendo descubrimos que no son los mismos recuerdos o las mismas imágenes que traemos a nuestra conciencia, porque cada año nos presenta nuevas situaciones y nuevos motivos para no olvidar.
Ciertamente que recordar lo acontecido, es una buena forma de sembrar en el corazón de todos los argentinos que a ese horror no debemos volver, y es sentar definitivamente un valor de respeto a la vida, de repudio a quienes la menoscabaron en cualquiera de sus formas, torturando, reprimiendo, encarcelándola o eliminándola…!
Año tras año, los que subsistieron en este tiempo de oprobio, y los que aún no vivían por aquellos años, todos juntos vamos construyendo la sociedad por la que lucharon nuestros compatriotas, acallados por los genocidas hace ya 36 años.
Pese al tiempo ya transcurrido tampoco podemos dejar en el olvido los objetivos estratégicos que persiguieron los Generales del horror y sus cómplices civiles: la cultura nacional, la solidaridad del conjunto, la educación para todos como punto de partida para la igualdad de oportunidades y posibilidades, el respeto a la diversidad, el trabajo como expresión de la dignidad humana, la equitativa distribución de la riqueza, la soberanía nacional como símbolo de la identidad de Patria y la democracia como expresión superadora de la voluntad popular.
La generación de víctimas, trabajadores, estudiantes, intelectuales, ciudadanos comunes y los niños indefensos, son la clara muestra de los extremos del horror, de la perversidad de sus métodos y de las repudiables intenciones de aquellos que el 24 de marzo de 1976 se encaramaron en el poder.
Como trabajadores de la educación debemos recordar especialmente a nuestros compañeros que, por sólo ser educadores, sembradores de la liberación, sólo por eso sufrieron la tortura, la prisión o el ostracismo de la desaparición y la muerte…!
También como trabajadores de la educación debemos cimentar en nuestros alumnos la cultura de los derechos humanos, del respeto al otro, del valor del otro, la cultura de una sociedad que nos contenga a todos, que nos comprenda solidariamente a todos, la cultura del trabajo y del respeto al trabajador, la cultura del respeto a la naturaleza y del racional uso de los recursos que nos brinda, la cultura de la Patria Grande latinoamericana, la cultura de la soberanía de los pueblos y, en fin, la cultura de la Justicia…, de la Justicia Social.
Sembrar estos valores en nuestros alumnos reivindicará aún más nuestra tarea docente, como lo hicieron nuestros maestros con Malvinas, creando en nosotros la más profunda de las conciencias acerca de nuestra soberanía sobre las islas, conciencia que explota jubilosa cuando esta soberanía logra fronteras latinoamericanas, conciencia que regó con sangre y lágrimas el propio suelo de las islas y, en fin, conciencia que nació en la escuela por la palabra de nuestros maestros y que hoy resuena en los ecos del pueblo, en los foros internacionales y entre los hombres y mujeres del mundo que abrazan esta centenaria lucha argentina.
Sólo así nuestra memoria tendrá frutos…, sólo así nuestros muertos y desaparecidos vivirán en nuestras luchas y afanes, sólo así construiremos entre todos la Patria que nos merecemos.