El nivel de negociación colectiva actual en Argentina es el más elevado en términos históricos. Desde 2004 el Gobierno Nacional encabezado por el Presidente Néstor Kirchner impulsó como una de sus políticas centrales en materia laboral el fomento de la negociación colectiva. Las paritarias fueron y son un instrumento que permite a la vez, mejorar las condiciones de vida y de trabajo de millones de argentinos y redistribuir la riqueza. La derogación de la oprobiosa Ley 25250 (la ley "Banelco") y la sanción de la Ley de Ordenamiento Laboral 25877 en 2004, permitieron un marco de negociación protectoria de los derechos de los trabajadores, cambiando el paradigma de la flexibilización laboral vigente en los 90.
Si bien se observa un peso mayoritario en la incorporación de cláusulas referidas a las remuneraciones, también tiene continuidad desde 2004 el tratamiento de las demás condiciones de trabajo.
Entre 2004 y 2011 se firmaron en nuestro País 9.337 convenios y acuerdos colectivos, alcanzando actualmente sus beneficios a 4.235.000 trabajadores registrados, según datos del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación.
Un par de cuadros elaborados a partir de esos datos permite ver la notable evolución en el número de convenios y acuerdos celebrados y el incremento por año de la cantidad de trabajadores beneficiados.
La realidad en la actividad Docente Privada
La Docencia Privada es la única actividad importante del sector privado argentino que aún carece de un convenio colectivo de trabajo que regule las condiciones de empleo del personal docente privado.
Resulta insostenible que luego de tantos años de desarrollo de la Docencia Privada Argentina, no exista aún un convenio colectivo homologado por actividad, que regule todas las Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (CyMAT) de los docentes privados, lo cual es responsabilidad del sector empleador, ya que pese a que el día 26 de Diciembre de 2001 suscribieron, tanto SADOP como las Asociaciones que agrupan a los empleadores, un acuerdo colectivo que iniciaba una regulación, al menos inicial, de las condiciones de trabajo, la representación empleadora se negó posteriormente a su homologación.
Dicho de otro modo: los docentes privados estamos relegados del beneficio que tienen en nuestro País más de cuatro millones de trabajadores.
Es una situación de discriminación y desigualdad que no se sostiene con ningún argumento válido. Solo posterga la dignificación de la tarea docente.
SADOP comenzó a reclamar en Setiembre de 1991 en las calles de Buenos Aires por un Derecho Humano fundamental: poder negociar sus CyMAT. En Setiembre de 2012 van a cumplirse 21 años de ese reclamo. 21 años sin respuestas adecuadas de nuestros empleadores. 21 años de vacíos legales que son llenados por la arbitrariedad de algunos dueños de escuelas privadas; de despidos arbitrarios; de falta de vinculación entre formación profesional y promoción en las escuelas. 21 años de injusticia.
Las “razones” de la negativa a negociar
En esta persistente negativa y dilación por parte de la mayoría de los representantes de los empleadores de la enseñanza privada hay razones aparentes y motivos reales.
Las razones aparentes esgrimidas han sido varias: que hay un estatuto (Ley 13047) vigente que lo resuelve todo (falso); que la negociación colectiva no puede darse porque hay muchas escuelas que reciben aporte económico del Estado para el pago de salarios (como si ello no ocurriera en otros servicios públicos en Argentina); que existe el Consejo Gremial de Enseñanza Privada (aunque los Compañeros no docentes representados allí tengan también convenio colectivo suscripto con los representantes patronales que se niegan hacerlo con los docentes); y varios más.
No nos detenemos en ellos.
Son parte de una aparente argumentación que esconde más que mostrar. Que silencia lo fundamental: la razón verdadera de la no negociación.
En realidad, lo que no se dice en esta “espiral de silencio” es lo fundamental.
No se dice que no se quiere negociar porque ello implica adoptar un paradigma más democrático en relación a los docentes y su Gremio.
No se dice que negociar implica reconocer a SADOP como interlocutor y para ellos es mejor seguir hablando con cada docente de manera individual e imponerle –muchas veces mediante el miedo– condiciones de trabajo injustas. Aulas superpobladas de alumnos, falta de estabilidad laboral, contratos a “plazo fijo”, formación profesional inaccesible, salarios insuficientes, y también en algunos casos un indigno trato al docente.
Se silencia que para muchos es más cómodo –como en épocas de la dictadura militar– no tener que dar explicaciones a nadie de algunas conductas (sanciones, despidos arbitrarios) teñidas de autoritarismo. Es notable que algunos representantes de escuelas privadas le reclamen al Gobierno Nacional una mayor apertura al diálogo mientras no lo ejercen al interior de las instituciones educativas que conducen. En mi barrio, a eso le llamábamos hipocresía.
La actitud de SADOP
El Sindicato de los Docentes Privados no va a limitarse a señalar y denunciar esta situación injusta. Va a adoptar todas las medidas legítimas de acción sindical disponibles para que los beneficios que tienen en nuestro País millones de trabajadores lleguen también a los docentes de escuelas y colegios privados.
SADOP tiene la voluntad de realizar lo necesario para que sus representados tengan en la realidad mejoras en sus Condiciones de Vida y de Trabajo por medio de la negociación colectiva.
Ese es nuestro compromiso.