por La Capital
Buena parte de los rosarinos piensa que "los docentes faltan como los demás trabajadores", en tanto que las opiniones se dividen cuando se consulta si deberían ser los que reciban "mejores sueldos". Los datos surgen de una encuesta de opinión realizada en Rosario, en marzo de este año por la Consultora Estrategia Ge, que dirige el analista Lucio Guberman, y a pedido del Sadop Rosario. También surgió como conclusión llamativa que el 55 por ciento de los encuestados contestó que "iría a trabajar enfermo para no perderse un plus salarial por presentismo".
La última paritaria docente apareció atravesada por una novedad inesperada: la introducción del debate por el presentismo, el plus salarial por asistencia que rigió durante doce años en los sueldos de los maestros santafesinos. Si bien en la reunión del jueves pasado las negociaciones a nivel nacional lograron avanzar al quitarse ese ítem de las discusiones, el tema ya quedó instalado en la opinión pública.
En ese marco, el fin de semana del 22 y 23 de marzo se realizó una encuesta que abordó distintos aspectos de la vida social y política de la ciudad, incluidos la educación. Un 46 por ciento de los entrevistados opinó que "los docentes faltan como los demás trabajadores", un 34 por ciento que "faltan mucho", un 14 que faltan menos que el resto" y un 6 no supo o no quiso responder.
También se quiso saber sobre la asistencia y la condiciones laborales. En ese caso, el 55 por ciento de los encuestados dijo que "iría a trabajar enfermo para no perderse un plus salarial por presentismo" y un 37 por ciento que "no iría".
"Hace tiempo venimos sosteniendo que la idea del presentismo es perversa. Se fundamenta en la presencia del trabajador en su ámbito laboral a través de una compensación económica que lo pone en una disyuntiva extorsiva: por ejemplo, cuidar su salud o privilegiar sus ingresos. Es claro que el presentismo no es un premio a la asistencia sino que se piensa como un castigo a la inasistencia", dijo el secretario general de Sadop Rosario, Martín Lucero.
En su visión, la consulta demuestra que, "cuando la experiencia histórica del presentismo en el sistema educativo se repite en otros ámbitos laborales, se fuerza al trabajador a ir a trabajar enfermo, profundizando el detrimento de su salud, es decir, todo lo contrario a lo que se pregona cuando hablan de medio ambiente y condiciones dignas de trabajo".
"Los números reconocen algo que percibimos con claridad: el ausentismo se convierte en tema de agenda para contrarrestar las medidas de fuerza y justificar la introducción de debates noventistas como el presentismo", indicó. Y agregó que "no existen estudios serios de parte del Estado sobre la ausencia de los trabajadores en general, los docentes en particular y mucho menos sobre las causas que la generan".
La encuesta abarcó una muestra de 400 personas mayores de 18 años y fue realizada en hogares de distintos puntos de la ciudad. Fue desarrollada por la Consultora Estrategia Ge y tiene un 95,5 por ciento de confiabilidad.
Guberman ofreció algunos detalles que sirven para entender mejor el alcance de la consulta, en particular sobre la pregunta si se iría a trabajar enfermo para no perder el presentismo.
"Aquí las opciones eran por sí o por no (buscando generalizar), por eso los encuestadores comentaron que muchos les preguntaban «¿enfermo cómo? ¿Con un dolor de cabeza o con fiebre?», marcando que era muy amplio el término. Igual la mayoría contestó que sí, que no quería perder ese plus", precisó.
El consultor, que es también magíster en ciencias sociales y director de posgrado en comunicación política de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), sumó un ejemplo muy gráfico: "Cuando hacíamos la parte experimental de la encuesta, le preguntamos a una maestra de un colegio privado de la ciudad si iría a trabajar enferma y nos respondió que sí, porque con una falta perdía la mitad de un presentismo de 1.500 pesos. Es decir, se ve claramente que la presión es muy alta".
Por eso, sugirió el analista, "hay que preguntarse como padre qué se prioriza: que la maestra de tu hijo no falte y vaya enferma a dar clases o que esté en buenas condiciones para darle educación", en clara alusión al calidad educativa en juego.
Respecto de si los docentes faltan igual que los demás trabajadores, Guberman reconoció que hay un gran prejuicio que superar. "Todavía hay muchos maestros que no se visualizan como trabajadores", indicó.
De todos modos, dijo que el dato novedoso es que en los resultados quedó claro que "los padres diferencian el ausentismo por los paros docentes que por otras razones". Esto porque la consulta se tomó cuando la agenda de las discusiones paritarias no están cerrada para todos y hay una gran presencia en los medios de esa discusión, sobre todo por lo ocurrido en la provincia de Buenos Aires (totalizó 17 días sin clases) y a nivel nacional.
En conclusión, la encuesta marca que "los docentes no son visualizados como más faltadores que otros trabajadores (más si suma el 46 por ciento que cree esto más el 14 por ciento que piensa que faltan menos)".
Y, continuó el experto, casi la mitad de los encuestados consideró que "deben ser los trabajadores con mejores sueldos".
Un 46 por ciento se inclinó por esa idea y otro 46 por ciento que no, en tanto que un 9 no supo qué responder. Una opinión que cambia a favor de los maestros según la época del año. De hecho, la misma encuesta realizada en noviembre de 2012 reflejó que el 62 por ciento estaba a favor de mejores salarios. Es decir: al final del año escolar, cuando más se puede valorar la tarea de enseñar.