por Martín Lucero – Secretario General SADOP Rosario
Nunca son fáciles los primeros pasos. Son los de los temores. Los de las caídas. Los de los golpes, y a veces, es justo decirlo, son los de las lágrimas. Pero no es menos cierto que son los que nos enseñan a levantarnos, a ser más fuertes, a equilibrarnos y esencialmente son los que nos permiten seguir caminando y junto con ello, a hacer camino.
No es menos cierto que todas estas reflexiones serían incompletas si no expresáramos que nadie aprende a caminar solo. Siempre hay alguien que te impulsa, que toma tu mano, que te anima a mover los pies y que, como cualquier mamá o papá, espera con ansias para guardar en su recuerdo, el momento en el que el mero movimiento autónomo de un pie detrás del otro deja de ser un comportamiento muscular, para ser una muestra de aprendizaje y, fundamentalmente, de crecimiento.
La historia de las organizaciones y los movimientos sociales está llena de precursores que se animaron a plantear una primera idea o promover una primera discusión. Son los momentos que hacen el quiebre, los que producen los cambios y siembran la semilla que será cosechada por el colectivo.
Como proyecto colectivo que somos, los primeros pasos no los da una sola persona. Los da un grupo de compañeros que comparten y deciden militar una idea. Trabajar un por un cambio, lograr que una reivindicación se convierta en derecho. Compañeros que se animan a dejar atrás los sueños y empiezan a construir realidades. E invitan a otros, con sus palabras y ejemplo, a hacer lo mismo.
Hace algunos días compartimos varias reuniones con todo el cuerpo de delegados de SADOP Rosario. Allí, en la confianza que genera saberse entre pares, fuimos compartiendo nuestra biografía gremial, que no es otra cosa que parte de la historia personal. Compartimos nuestros nombres, colegios, nuestros años de afiliación y como delegados/as. Pero esencialmente compartimos nuestras vivencias gremiales. Y vimos cómo la historia de las organizaciones se conforma de los relatos pero también de las experiencias que van viviendo sus miembros. Y que todas suman y se apoyan en las anteriores como ladrillos que van levantando una gran pared. Que van construyendo y materializando un proyecto conjunto que se va ensamblando bajo la firmeza de la convicción de que para los trabajadores no existe otro camino de éxito que no sea la unidad.
Y en cada uno de esos ladrillos hubo primeros pasos.
El 2 y 3 de noviembre SADOP Rosario va a dar otro primer paso que seguramente marcará su historia. Y pasará a integrar parte del orgulloso acervo gremial de conquistas logradas. Por primera vez en la Seccional Rosario se van a elegir delegados en una Universidad Privada. Después de años de esperar, de idas y vueltas, de un proceso que no estuvo exento de dificultades los docentes de la UAI Rosario tendrán sus delegados gremiales.
Marcelo de la Torre y Sebastián Llansa son quienes asumirán el compromiso de llevar adelante el mandato de la representación de sus compañeros. Asumirán una tarea difícil. Pero lo harán en la nobleza de las convicciones que los han acompañado en un largo trajinar que será una realidad cuando cierre el acto electoral.
Para SADOP en su conjunto es un motivo de enorme alegría y orgullo. No solo porque de manera colectiva hemos acompañado este reclamo con todos los delegados (sin distinción de escuelas ni niveles) en la calle y nos hemos manifestado en la puerta misma de la Universidad. Sino porque esencialmente no entendemos las reivindicaciones de los docentes privados como algo de un establecimiento en particular. Las entendemos como propias en tanto nos sabemos algo único. Y, como tal, padecemos en carne propia el penar del compañero y militamos junto a él la causa, regocijándonos en la alegría del derecho alcanzado.
Es por eso que el acto electoral no puede ni debe ser algo formal. Seguramente muchos de nosotros conocemos a algún docente que trabaja en la UAI. En cualquier carrera o sede rosarina. Hablemos con ellos. Invitémoslos a votar. A participar. A estar presente. Usemos el teléfono, el mail, las redes sociales… Repliquemos el mensaje. Hagámoslo parte de la historia que empieza a escribirse. Que vote en la primera elección universitaria privada de Rosario. Que ayude a dar el paso que seguramente terminará abriendo el camino a mejores condiciones salariales y de trabajo. Que sea protagonista de una gesta colectiva por el bien común. Que ayude a colocar el ladrillo que servirá para apoyar otros ladrillos. Que construya. Que transforme. Que se comprometa. Que crea.
El 2 y 3 de noviembre hay elecciones en la UAI. Pero hay un primer paso para todo SADOP Rosario. Y, como en todo primer paso, necesitamos la mano del otro que nos ayude, nos acompañe, nos brinde la seguridad del que ya está caminando, pero, por sobre todas las cosas, necesitamos saber que no estamos solos.
Un nuevo primer paso en esta historia se sigue escribiendo entre todos.
¡Adelante!